Cada vez que pasamos junto a alguien lo primero que nos llama la atención es su rostro. Algunos son agradables, otros son serios, unos tienen aspecto de preocupación y otros, los más, tienen el típico aspecto de según que hora sea.
A mi los rostros que más me llaman la atención, son los que siempre llevan una leve sonrisa, esas caras no las cambio por nada; me dan tranquilidad, me alivian, me hacen sentir contento y sobre todo me dan envidia, una envidia sana que no puedo controlar y que me hace sonreír a mi también.
Para todas esas personas que nos regalan cada día su mejor sonrisa,¡ gracias !,
gracias porque no es fácil ir demostrando alegría, gracias porque no todos estamos preparados para darle a los demás lo mejor de uno mismo, y gracias sobre todo por hacer fácil lo que para una gran mayoría de personas es casi imposible.
Dice un proverbio "escocés" que una sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.Y yo por alguna parte he oido que nadie es tan rico como para no necesitar una sonrisa, ni tan pobre que no pueda darla.
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